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martes, 14 de abril de 2015

Precisamente ahora

Recuerdo la primera obra de teatro que escribí. Ocho años y un ego más grande que ese cuerpo que soñaba con ser bailaora y se quedó en filóloga. 
Recuerdo la última poesía, la que huyó de mi mente cuando escuché a mi padre decir que le daba miedo que me volviese una triste. Joder, papá, que yo pensaba que de nosotros la que predecía el futuro era mamá y casi diste en el clavo.
Y recuerdo también los cuentos, donde ya apuntaba maneras de romantitonta y todo se curaba con besos. Bendita inocencia la mía. 

Y ahora que he perdido las palabras, la inspiración me pide un rescate que no puedo pagar para darles una carta de libertad pasajera. Ahora, precisamente ahora, me pregunto si tengo necesidad de este ejercicio de abrirme en canal y hacer de la carne verbo una y otra vez, si estos puntos finales esconden la esperanza de que vuelvas y me muerdas las dudas... Es ahora cuando comprendo que mereció la pena desnudarse ante las hojas en blanco de mis ilusiones.

Precisamente ahora que tengo el desenlace, la frase lapidaria del fracaso, me falta la trama.



viernes, 27 de marzo de 2015

Querida yo

Querida yo: 

Esto que ves no son los restos del naufragio. Aprendiste a nadar antes que a caminar. Eres a la vez el peor de los mares y la más bella mar. La sal que necesitan las heridas. Eres cálida como el sur en el que vives, pero te empeñas en ser fría. Revienta la burbuja, fuera también hay gente buena. Solo tienes que mirar a tu lado. Deja de pasar por todo de puntillas. Tienes tanta sensibilidad dentro que te asusta. Pero no puedes vivir huyendo siempre de ti.

Que te has bebido el amor, las dudas, las distancias y la ginebra.

Que has soñado una vida de dos. 

Que has amado. 

Que has sido valiente. 

Sí, pero sola. 

Siempre has dicho que el amor no es apto para cobardes. Eres tan inteligente para unas cosas, pero para otras eres una auténtica kamikaze. Luchas en batallas que tienes perdidas de antemano.
Que sí, que llevas razón. Pero no eres los retales que han quedado de tus historias. Eres tu propia historia. Esto que ves eres tú, imperfecta. Quiérete, bonita. Sé tu poesía, tu cura, tu musa. 

Y ríe. Y llora. Y ama. Siente. Vive de una puta vez, que se te hace tarde. Aún estás a tiempo de salvarte.

viernes, 27 de febrero de 2015

Inventar

"Inventa”, dijiste. Mal asunto, querido. Si no la ato en corto, mi imaginación vuela tan libre que posiblemente nos vea ya comiendo perdices en nuestro castillo, que deje de ser el dragón que acude a tu rescate cuando te secuestran damiselas que no te convienen o peor, dejo de ser la revolución de tu cama, la tormenta de tu vida y me transformo en la princesa sumisa que nunca he sido, esperando tu aparición estelar en mi película, cargado de rosas y poemas.

Ya ves, al final siempre me voy por las ramas y yo solo quería decirte que me canso de imaginar futuros contigo. Ya es hora de vivirlos. Aunque sé que eso es inventar demasiado.

lunes, 9 de febrero de 2015

Concurso de microrrelatos "Inspiraciones nocturnas"

Hace algo más de un mes decidí participar el “I Concurso Microrrelatos Nocturnos” de Diversidad Literaria con una adaptación de A ciegas, algo que escribí en una de esas noches de insomnio, de nudo en el pecho y charlas nocturnas que tanto me dan de sí. Creedme cuando os digo que jamás pensé que ganaría y que lloré de alegría con la noticia.  Rara vez he cruzado la frontera de este chaos scriptorium y en unos días podréis leerme en la antología "Inspiraciones nocturnas", donde se recopilan los mejores microrrelatos presentados al concurso. Estoy muy ilusionada. Non omnis moriar, que diría Horacio: algo mío permanecerá más allá de este blog. 

Os lo dejo aquí, por si no podéis esperar a que salga publicado. Espero que os guste. 

A ciegas
Tengamos esta noche una cita a ciegas. Vístete con tus mejores galas. Te espero en la mesa de nuestro bar mientras repaso en mi cuaderno los cuentos del pasado. Cuando llegues, véndame los ojos y susúrrame las palabras exactas, erízame la piel con su belleza, trae contigo las letras perdidas. Devuélveme las musas y no me abandones de nuevo. Puedo vivir sin amor, pero tú, Inspiración, me sigues haciendo mucha falta.

lunes, 26 de enero de 2015

Una de tristes con ginebra, por favor

A Diego, por la charla noctámbula. 

A las fiericillas sentimentalmente indomables como yo solo la música las amansa. Los corazones rebeldes, los que aman por encima de sus posibilidades, los que buscan revoluciones nocturnas en brazos desconocidos se dejan acunar por los acordes, se abrazan a las notas desesperadas de una guitarra y se rinden a las curas musicales. 
¡Ay, las curas musicales! Se las recomiendo. Arañan por dentro, pero qué bien sientan cuando eres capaz de mirarte de nuevo al espejo, reconocerte después del ansiado (auto)perdón y expulsar las dudas a base de canciones. Terapia de choque que te deja una resaca emocional que no se cura ni a base de ibuprofeno. 
Joder, creo que padezco cantatristesfilia. No ponga esa cara de susto, que no es tan grave como parece. Y perdone que le cuente mi historia, pero es que le puedo asegurar que aquella madrugada fui la más guapa de Sevilla. 
Camarero, póngame otra de tristes con ginebra, por favor.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Últimas horas

Es la última tarde del año y estoy aquí, en mi rincón, sorbiéndome las lágrimas y alegrándome al mismo tiempo mientras leo esos mensajes llenos de cariño y que sé que salen desde el corazón de amigos, compañeros o personas que simplemente aparecieron en este 2014, que tantas cosas buenas ha dejado. Siempre he dicho que los pares son mis números favoritos y este no ha sido la excepción. No voy a hacer una lista de propósitos, porque soy experta en incumplirlos todos. Y quizá porque en estos días he aprendido más que nunca a valorar el presente, los hechos y las ganas, la importancia de un “te quiero” o un abrazo a tiempo, que de poco vale tener dinero si la salud hace mella a tu alrededor, hacer un balance de estos últimos 365 días se me hace extraño. 

Son muchas las ocasiones que este espacio me ha visto escribir sobre dormir con la felicidad al otro lado de la cama, de los reencuentros inesperados, de las curas musicales y locuras, de poesía, de un gin-tonic o un café con esas personas que siempre están cuando se necesitan con urgencia abrazos calentitos, de las mañanas de trabajo en las que sientes que tanto esfuerzo valió la pena, de la inspiración, compañera caprichosa, del regreso a las ciudades que una vez me vieron pasear feliz y por cuyas calles he vuelto a perderme con una sonrisa más madura, del amor, en todas sus facetas, bajo distintos nombres, distintas caras, distintas historias, distintos errores de los que aprender. Porque al final, año tras año, esto es lo que nos queda, las experiencias vividas y los buenos recuerdos. Gracias a todos los que habéis puesto vuestro granito de arena en el reloj de este año. 

Cuando las doce campanadas den su nota final, barreré este 2014 con una sonrisa, levantaré mi copa y brindaré por todo lo bueno que esté por llegar y pediré algunos deseos y salud para los míos. Quién sabe, quizá la magia de esta noche me traiga buenas noticias.

¡Feliz 2015!

domingo, 9 de noviembre de 2014

Miedo

Miedo. Del latín metus. Lo que viene a decir que a ratos me acojona vivir y a ratos me acoja no sentir(te); que a ratos me creo mi propia mentira de que soy una valiente capaz de saltar al vacío sin paracaídas, sin pensar en consecuencias ni en daños colaterales. Que ya ni el monstruo de mi armario puede tragarse mis miedos. Se han construido un pequeño apartamento en mi pecho y deben estar muy calentitos ahí, porque no hay quien los saque: un nudo que todo lo abraza, que ni sube ni baja. Te lo juro: hay días que ni siquiera sé qué me da miedo.

Pero lo peor llega cuando amanece y es domingo. Ese día el verbo huir me parece demasiado tentador, hasta que la razón vuelve y me recuerdo que no puedo huir de mí conmigo. Las ganas de escapar vuelven a su redil y aquí me quedo yo, conmigo, contigo pero sin ti, con mi tesis, con las inseguridades y mis fantasmas académicos, con todo este maldito totum reuolutum que tengo entre la cabeza y el corazón. Y te juro que sigo sin saber qué me da más miedo: el amor o la soledad, las dudas o las certezas, las casualidades que a ratos nos acercan o mis ganas de correr en otra dirección, si es mejor refugiarme una vez más entre tus brazos o dejarme llevar y perderme en nuevos cuerpos, mis tendencias al terrorismo emocional o dejar de sentir. Te lo juro. Hay días en que no sé qué me da más miedo.

Hoy arrastro un futuro incierto y algunas copas de más. Ya ni los gin tonics me salvan de mi presencia ni de tu ausencia, ni las sábanas y ni los presentimientos de mi madre me curan. El miedo al fracaso que se respira a mi alrededor se huele a kilómetros de distancia. Y no olvides que los miedos se alimentan de miedos y yo tengo un surtido.
Y te juro que hoy no sé que me da más miedo.

domingo, 5 de octubre de 2014

XXV

El calendario da una vuelta más y añado un octubre a mi colección. 
Subo otro peldaño en la lista de los años vividos en números romanos. Dejo atrás la seguridad de los números pares, me lanzo al mar del cuarto de siglo con alguna arruga más, algún sueño de menos, unas cuantas cicatrices nuevas, un par de proyectos sobre la mesa, un reencuentro con la poesía, paseos por las calles de ciudades ya conocidas, nuevos lugares en los que me he perdido y me he encontrado, congresos, el comienzo de una tesis, la felicidad dormida a mi lado, mis amigos, los de siempre y los de ahora, la familia, una semana de celebraciones. 
Veinticinco velas que esperan mi deseo antes de consumirse. 
Veinticinco otoños.
Un año más.
Y las mismas ganas de escribir.

martes, 26 de agosto de 2014

Ajuste de cuentas

Saldemos nuestras cuentas pendientes, pequeño.
Me debes la pasión, las ganas y algo de amor.
Voy a cobrármelo todo junto.
Y con intereses.

lunes, 28 de julio de 2014

Por culpa de la poesía

Y duermo otra noche abrazada a la tristeza cuando mi cuerpo pide que tus manos me rodeen la cintura mientras nos perdemos en una espiral de sueños y placeres. 

Por culpa de la poesía tengo un concepto sobredimensionado del amor, he amado por encima de mis posibilidades, tiendo a sobrevalorar los romances (aunque sólo duren una noche) y he desarrollado una vena romántica literal y literaria que recrea mariposas asesinas que campan en mi estómago a sus anchas buscando tu sabor, tus ojos tristes, tu media sonrisa, las ganas de desnudarnos y que el día nos pille en una lucha cuerpo a cuerpo. Pero vuelvo a perderme en mil historias sin sentido y con desastre final. 

Así que voy a dejarme de versos y rimas de cuerpos imposibles. Es hora de que pongamos un gin tonic entre nosotros y no distancia y miedos. Desnúdame de mi pasado, lléname el corazón de presentes, aunque la vida no sea cuestión de tiempos verbales, sino de personas. De piel. De ti.

viernes, 25 de julio de 2014

Se busca

Se busca con urgencia un abrazo. Preferiblemente que sea intenso, de los que llenan el alma, trasmisor de calma y de la paz perdida en noches de insomnio, de los que invitan al (auto)perdón y al olvido porque traen hilos de sutura para las heridas. Un abrazo que detenga el mundo y rompa las distancias entre ciudades. 

Si cumples los requisitos, ven pronto y haz que me pierda entre tus brazos. 

No es un capricho, es una necesidad.

sábado, 14 de junio de 2014

Llegada a la meta

Hoy es uno de esos días en los que (pre)sientes que algo bueno va a pasar (al margen de la Luna llena y esa historia que una vez me contaron sobre que nada malo puede pasar durante esas noches). Te levantas con esa alegría que precede a lo bueno, aunque aún no sepas en qué consiste. Pasan las horas y llegan las buenas noticias: el lunes comienzo una nueva etapa. Con casi 25 años veo -al fin- que las renuncias, los sacrificios, el esfuerzo de los últimos ocho años tienen la recompensa esperada: hoy he dado el penúltimo paso para cumplir mi sueño, para llegar a la meta que me marqué. Ahora tengo por delante cuatro años para hacer lo que siempre he querido investigar y disfrutar de mi carrera, de mi vocación, de mi gran pasión, de las lenguas clásicas y la literatura, de esos pequeñas cosas que me dan vida.
Y a pesar de lo bueno, llega al mismo tiempo la temida pregunta: ¿y ahora cuál es la siguiente meta? Pero no soy yo quien se la plantea, es mi madre la que pone voz al pensamiento. Ella cree que la siguiente meta es conseguir un trabajo en una universidad. Yo no lo tengo tan claro. Ella aún no lo sabe, pero ha dado en la clave unas horas más tardes cuando, viendo una foto de mi noveno cumpleaños, me ha dicho: "Lo feliz que eras aquí, la ilusión que tenías siempre. Mira cómo te brillaban los ojos, no como ahora". Esa es la meta que tengo desde hoy, no hay ninguna mejor: la felicidad.

martes, 29 de abril de 2014

Pérdidas, ganancias y otros errores

No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde. O sí lo sabemos, pero no nos importa perderlo, porque lo prohibido, lo doloroso, lo dañino trae consigo un componente adictivo que nos invita a rozar casi lo enfermizo y nos empuja a tolerar actitudes, personas y gestos en pos de un amor repartido con cuentagotas.

La línea que separa la ganancia de la pérdida es demasiado sutil, al igual que la que delimita lo bueno y lo malo. No siempre estamos predispuestos a ganar. No siempre elegimos lo correcto. A veces, aun a sabiendas de lo que se avecina, preferimos regocijarnos en el dolor esperando el milagro que nunca llega. Masoquismo barato que nos alimenta.

lunes, 21 de abril de 2014

Terrorismo emocional



A Leti, que acuñó conmigo esta expresión y es su representante número uno. 
Te quiero
  

Soy una terrorista emocional. Lo he (re)descubierto cuando he visto manar la sangre tras quitarle la postilla a las cicatrices tras horas de masoquismo llenas de canciones de cantatristes variados, versos de poetas desesperados y relatos amorosos no aptos para diabéticos o depresivos. Todo eso que parece que alguien escribió para mí y mis circunstancias. 

Luego ha entrado en escena mi corazón, tan oportuno siempre, trayendo consigo un nuevo nudo en la garganta, que solo consigo deshacer escribiéndote como si no hubiera mañana, como si estas palabras fueran la única forma de quitarme las ganas de ti. Pero nunca son suficientes, sobre todo cuando mi mente vagabundea por los recuerdos de lo que pudo ser y jamás será. Y es entonces cuando reapareces tú, tan cariñoso y dulce, con una mirada entre pícara y tierna, con esa chulería innata y la seguridad del que sabe que no será rechazado. Ahora es cuando comprendo que nunca debí dejarte salir del cajón y alejarme de la amistad con la que nos lamíamos mutuamente las heridas de un pasado que nos unía por la similitud de las experiencias a olvidar. Soy y fui una tonta. Siempre supe que dejarías ruinas y desolación a tu paso. Y que todo sería en vano (salvo esta inspiración que me has dejado y que pago a tan alto precio). He tardado demasiado en comprender que el amor no debe ser complicado, no se alimenta de migajas ni de mentiras. El amor tiene que ser más que eso. Tiene que ser sencillo. Algo bonito entre dos. 

Tú elegiste no elegirme frente a la belleza de unos ojos verdes. Yo prefiero la sinceridad del que se sabe vencido y decido no esperarte. 

Esta es la última vez que nos escribo. 

Este es el último atentado contra mi corazón.

martes, 11 de marzo de 2014

No voy a pedirte


No voy a pedirte que te quedes, porque sé que voy a complicarte la vida. No voy a pedirte que seas valiente, cuando yo soy la más cobarde. No voy a pedirte que te arriesgues, cuando yo puedo ser tu perdición. No voy a pedirte que me beses para callarme cuando hablo de más. No voy a pedirte que me abraces, aunque me maten las ganas de perderme un rato en tus brazos. No voy a pedirte que me salves.

No voy a pedirte que omitas todos estos “no”. Pero si lo haces, si te quedas, si eres valiente, si te arriesgas, si me abrazas, si me besas, si me salvas, entonces no me pidas que renuncie otra vez a ti. Prepárate para desequilibrarnos mutuamente la vida.

lunes, 10 de marzo de 2014

Sana, sana, culito de rana...


Ven, déjame que te mire esa herida. Sana, sana, culito de rana. Ea, vete de nuevo a jugar con los demás, que ya te he puesto la supertirita que todo lo cura. Pero ten cuidado esta vez, pequeño, que entre lo inocente que eres y lo mucho que sueñas, dejas que los demás te hagan pupa fácilmente, y ya no me queda dinero para comprar un corazón de repuesto.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Agárrame fuerte

Agárrate fuerte a mi mano, amor, y no me sueltes. Corre, huyamos antes de que el miedo, las dudas y el pasado nos alcancen. Démonos prisa, pequeño, que los siento tan cerca que casi nos pisan los talones. 
Y recuerda, si en algún momento nos atrapan, levanta la vista y deja que la luna nos ilumine. ¿Nunca te han contado que en las noches de luna llena no pueden pasar cosas malas?

jueves, 6 de febrero de 2014

Tirando del hilo

Voy a construir un laberinto para enamorarnos. No te asustes, amor, que no tiene pérdida. No hace falta que ates un hilo en la entrada para encontrar el camino de regreso. Este laberinto es especial, aquí no hay más guías que el corazón, los sentidos y las ganas de besarnos. El sueño de encontrarnos. Escucha los latidos de un corazón que a gritos te llaman, atrapa los rastros de mi perfume que aún llenan el aire, sigue las huellas de los pasos que nos unen y nos separan. Corre, que ya te siento cerca. Ya tengo preparado el abrazo que guardo en la recámara para momentos especiales.

Voy a construir un laberinto para amarnos. Pero no nos prometamos nada eterno, amor. Viuamus atque amemus, pequeño. Simplemente eso, vivir y amar, disfrutando cada punto, cada coma, cada letra y cada beso de esta historia, de nuestra historia. Y si el miedo se apodera de ti y te sientes perdido, recuerda que yo estoy en algún lugar de este laberinto buscándote y esperándote. Amándote.

lunes, 27 de enero de 2014

A ciegas

Tengamos esta noche una cita a ciegas. Vístete con tus mejores galas. Te espero en la mesa de aquel bar donde ya hemos tenido algún encuentro mientras repaso en mi cuaderno los cuentos del pasado. Cuando llegues, véndame los ojos y susúrrame las palabras exactas, erízame la piel con su belleza, trae contigo las letras perdidas. Devuélveme las musas y no me abandones de nuevo.
Puedo vivir sin amor, pero tú, Inspiración, me sigues haciendo mucha falta.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Tengo

Tengo la rosa de oriente, 
el oro del sol naciente 
y lo que quieras pedir. 
Tengo el mapa del tesoro,
 tengo el palacio del moro 
para llevarte a vivir. 

(Javier Ruibal)

 

Tengo cientos de cuentos bajo mi almohada, uno por cada noche que seguimos en estas habitaciones separadas. Aunque tú no lo sepas, te los susurro al oído mientras duermes y no puedes verme. Soy una mujer de palabras y siempre cumplo lo que te escribo. 

Tengo un dragón bajo la cama y un monstruo en el armario, que no me dejan rendirme y me empujan a seguir siendo valiente, porque ya te he dicho miles de veces que el amor no es apto para cobardes.

Tengo un corazón en el bolsillo, que sigue escapándose enloquecido cuando algún caminante rezagado le devuelve tu perfume y confuso, corre desbocado a un encuentro imaginario.

Tengo un puente de palabras que nos une y nos separa. Tengo una paleta de colores para pintarte la sonrisa. Tengo un tarro lleno de ilusiones y una habitación preparada para cuando quieras abandonar la soledad. 

Tengo el recuerdo de un mordisco que aún siento y una oportunidad perdida que llora a la espera de ese sueño que no puedo contarte.

Tengo el último gintonic en la mano para brindar por ti, por mí, por nosotros, por lo que pudo ser y no fue, por lo que será, por el destino y la casualidad cogidos de la mano, por la felicidad que ya no se nos escapa.

Tengo tres puntos suspensivos preparados para transformarse en punto y final.