La línea que separa la ganancia de la pérdida es demasiado sutil, al igual que la que delimita lo bueno y lo malo. No siempre estamos predispuestos a ganar. No siempre elegimos lo correcto. A veces, aun a sabiendas de lo que se avecina, preferimos regocijarnos en el dolor esperando el milagro que nunca llega. Masoquismo barato que nos alimenta.
Fan #1 y lo sabes :)
ResponderEliminar