Prepara de nuevo la mochila. Y llénala con lápiz y papel
para coger apuntes y hacer algún que otro borrón (ya sabes que la inspiración y
el aburrimiento están en todas partes). Pon también algo de ganas y una pizca
de ilusión. Ciérrala. Coge aire. Súbete al autobús. Y sonríe.
Comienza, al fin, una nueva etapa.
Lo mejor de todo es que esta también podemos compartirla :)
ResponderEliminarSeguro que esta nueva etapa, aunque más lejos de tu vocación, te dará momentos buenos y conocimientos interesantes y útiles para tu cada vez más amplia formación. Espero que sea una etapa buena para todos y no te voy a desear suerte porque tú puedes con esto y con más, te deseo ánimo y aquí me tienes (o sentado en la mesa de al lado en clase) para lo que necesites
ResponderEliminarYo aún recuerdo este día como si fuese ayer; las ganas que guardé en mi mochila eran inmensas, el reto era más que interesante, y la ilusión se mezclaba con el deseo de afrontar una nueva etapa de mi vida que me trajese muchas cosas buenas... Meses después solo puedo decir que ha sido algo único, y que no cambio ni un minuto de los vividos en este tiempo!
ResponderEliminarSimplemente por esos ratos de cafetería y por las risas en clase, todos estos meses han merecido la pena :) Al final en mi balanza lo bueno gana por goleada, y mira que pensaba que sería al contrario. Pero claro, con gente como tú alrededor, ¿cómo no va a merecer la pena? ^^
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